quarta-feira, 12 de setembro de 2018

Jorge Luis Borges–Precursor de Internet



La comunidad científica lo menciona como precursor, entre otros autores, de la literatura hipertextual. Los enlaces borgianos conforman en la literatura un avance multilineal, pero "organizado alrededor de las formas filosóficas tradicionales del argumento lineal (Piscitelli, 2002, 33). Porque si el pensamiento científico es irremediablemente lineal, cada uno de nosotros tiene un día a día de zapping mental, de pensamientos hipertextuales.

Borges hacía "literaruta". No es un error tipográfico, sino una ruta guiada de literaturas. Parte de su complejidad se la debemos atribuir a sus hiperenlaces narrativo, producto de un enorme bagaje literario cultivado desde su infancia y de una imaginación única de universos interrelacionados.
(...)Theodor Nelson fue quien acuñó la expresión hipertexto, en 1981. Se refería a una escritura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una serie de bloques de texto conectados entre sí por nexos, que forman diferentes itinerarios para el usuario. Con Internet esta noción se volvió vulgar. Hipertexto es cada enlace que escogemos en nuestra pantalla y que casi siempre nos conduce a rutas de navegación desconocidas y a contenidos no lineales al texto inicial. Esto convierte al internauta en protagonista y autor de su propia narración, dejando de ser sólo espectador, resignificando los contenidos.

Uno de los principales teóricos del hipertexto, George Landow decía:

"Abrir el texto introduce necesariamente otras voces, otros puntos de vista, y el texto encarna ahora múltiples puntos de vista. Los vínculos electrónicos conducen casi inevitablemente a la mezcla de modos y géneros, un factor tal vez más importante en los hipertextos educativos y de ficción. Hipertextualizar un texto no produce un libro electrónico, sino una biblioteca electrónica en miniatura. (Nunberg, 1998: 231)

Borges cultivaba el hipertexto y la profundidad narrativa. La versatilidad era su principal virtud, pero se necesita un lector comprometido, que se concentre en la obra. No es ver televisión en el sofá, ni leer un éxito de verano en la playa.

El ejemplo más representativo de lectura y narración (y su consecuente lectura) hipertextual es preciosamente "EL JARDIN DE SENDEROS QUE SE BIFURCAN" (Ficciones, 1944). "El tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros", dice el autor.

El libro escrito por un tal Ts'ui Pen era el jardín de senderos que se bifurcan.

"Tsíui Pen diría una vez: Me retiro a escribir un libro. Y otra: Me retiro a construir un laberinto. Todos imaginaron dos obras; nadie pensó que libro y laberinto eran un solo objeto. El Pabellón de la límpida soledad se erguía en el centro de un jardín tal vez intrincado; el hecho puede haber sugerido a los hombres un laberinto físico"

"En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts'ui Pen, opta -simultáneamente-por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también prolifera y se bifurcan.

Bifurcación es sinónimo de hipertexto. Si pensamos nuestra cotidiana forma de navegar por la red veremos un recorrido semejante al cuento. La obra de Ts'ui Pen fue juzgada, en esta ficción, como incomprensible. Pero no se sabía que precisamente en su obra estaba construyendo un laberinto. Y allí está, precisamente, el significado de la obra.

De "Ficciones" -junto a "El Aleph", su libro de cuentos más popular- también es LA BIBLIOTECA DE BABEL.

Aquí vemos la obra más significativa del universo borgiano. Pero a la vez estaba narrando un constructo semejante, idéntico diría, al que hoy conforma Internet. Como un diseñador del futuro, un astrólogo o un mago chino, Borges pensó a Internet. Porque su Biblioteca es el destino final de Internet y ya casi su presente. Sólo que es la pensó hace 60 años.

Vale decir que existen miles de rutas apropiadas para asociar a Borges con hipertexto, porque su propia forma de narrar nos invita siempre a otros mundos, a saltos, a interrupciones en el argumento principal. Nos invita a recorrer su erudición de caminos alternativos. Un profesor de literatura de la universidad nos decía que a Borges había que leerlo siempre con una Enciclopedia Británica al lado. Agrego; hoy debemos leerlo muy cerca de un ordenador conectado a Internet.

(Fragmento de “Borges y el hipertexto. Internet: La nueva Biblioteca de Babel”, Por Hugo Pardo Kuklinski)
Bibliografía del artículo:
http://weblog.educ.ar/educacion-tics/archives/000847.php
MALDONADO, Tomás. 1998. Crítica de la razón informática. Editorial Paidós. Barcelona.
NUNBERG, Georffrey. (Comp.) 1998. El futuro del libro. Editorial Paidós. Barcelona.
Landow, George P. (compilador) 1997. Teoría del hipertexto. Editorial Paidós. Barcelona.
WOLTON, Dominique. 2000. Sobrevivir a Internet, Conversaciones con Olivier Jay. Gedisa Editorial, Colección El mamífero parlante. Barcelona.

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