quinta-feira, 4 de abril de 2019
¿Perdieron nuestros heroicos soldados la menor parte de su tiempo en discursos y en declaraciones? No, puesto que tenían mejores cosas que hacer y lo sabían bien: "Res, non verba". Lo que esperábamos de ellos, son actos, no palabras, y no nos han defraudado. Y vosotros también, queridos Alumnos, cuando llegue el momento de dejar este Colegio, tendréis mejores cosas que hacer antes de perder el tiempo en juegos de elocuencia: algunos, tal vez, todavía tendrán que ocupar su lugar junto a sus mayores. Pero lo cierto es que todos, incluso los más jóvenes, tendréis que cumplir otros deberes, otra tarea sin duda más oscura pero no menos necesaria, para reparar las ruinas que esta larga y terrible lucha habrá acumulado, y para ayudar a los gloriosos supervivientes a recoger y hacer fructificar todas las consecuencias de su victoria. Todavía habréis de luchar en otro terreno, ya que la mayoría de vosotros, probablemente seréis hombres de acción. Parece ser, hoy más que nunca, que el dominio del pensamiento puro debe permanecer como patrimonio de un pequeño número, y quizás es bueno que así sea, si es verdad que la especulación y la acción normalmente van bastante mal juntas. Para estar preparados para actuar cuando sea necesario, y sea cual sea la forma en que ejerzáis vuestra actividad, os tendréis que convertir en hombres en toda la acepción de la palabra, más deprisa y pronto que los jóvenes de algunas generaciones que precedieron la vuestra, cuando no había tantos vacíos que rellenar en tantos puestos de la nación. Trabajad pues en ello desde ahora mismo, queridos Alumnos, preparaos, con todas las fuerzas de vuestra inteligencia y vuestra voluntad, para la función que la patria tendrá derecho de exigiros próximamente. Habituaros sin demora a encarar seriamente el futuro, meditando los ejemplos de heroísmo que os dan vuestros mayores, ejemplos que os incitarán a no faltar jamás a vuestro deber, sea cual sea, igual que ellos no faltaron al suyo en medio de pruebas que están entre las más temibles que la humanidad, en ningún tiempo, haya atravesado, y cuyo recuerdo hará que vuestra tarea sea más fácil y menos dura.
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